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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Síndrome de Meniere

El síndrome de Ménière es una enfermedad que afecta al oído interno, de causa desconocida, caracterizada principalmente por vértigo, que suele manifestarse acompañada de acúfenos o tinitus (zumbidos en los oídos), hipoacusia y náuseas, siendo el acúfeno o tinitus y la hipoacusia previos al vértigo. Las crisis vertiginosas aparecen casi siempre en episodios repentinos que pueden durar incluso horas; sin embargo, el acúfeno y la sensación de mareo pueden permanecer días en quienes padecen esta enfermedad. En ocasiones, debido a la similitud de síntomas, periodos y crisis de ansiedad son diagnosticados, por error, como Síndrome de Ménière.

Fue descrito por primera vez por el médico francés Prosper Ménière en 1861; es la primera vez que se señala una lesión en el oído interno como la causa de una crisis vertiginosa, es decir, de clara etiología laberíntica y que se manifiesta con la triada característica: crisis rotatoria, hipoacusia y acúfenos.

Etiopatogenia

La causa, como se ha apuntado, es desconocida, pero parece estar involucrado el sistema endolinfático del oído interno, que es responsable del sentido del equilibrio. Consiste en una dilatación del canal endolinfático coclear por un aumento del volumen de la endolinfa.

La causa de este aumento de la presión endolinfática esta relacionada con un bloqueo del acueducto del caracol (conducto perilinfático), que drena el exceso de endolinfa del laberinto membranoso. El bloqueo de este conducto determina que aumente la presión endolinfática y provoque esta distensión en el laberinto membranoso (por donde circula la endolinfa). Estos síntomas también pueden ser causados por una infección en el oído, un trauma cerebral o infecciones persistentes del tracto superior respiratorio. El abuso de aspirina, que puede producir ototoxicidad, parece que puede también estar involucrado en la aparición de la enfermedad, especialmente en niños. Los síntomas pueden incrementarse por el abuso de cafeína o incluso sal.

Diagnóstico

Es una enfermedad poco conocida y que suele fallar en su diagnóstico, lo que retrasa la aplicación de un tratamiento. En general, se diagnostica por exclusión de otras causas de vértigo. Se requiere examen neurológico completo, una audiometría, una resonancia para excluir causas de tipo tumoral, como neurinoma del acústico.

En el diagnóstico diferencial, es importante también la interconsulta con el odontólogo (dedicado especialmente a patologías de la articulación temporomandibular) ya que algunas veces la pérdida de la dimensión vertical del tercio inferior de la cara en los desdentados totales o parciales puede producir alguna alteración en la posición del cóndilo mandibular y de esta forma producir una compresión del nervio que atraviesa dicha articulación produciendo la patología.

Tratamiento

El tratamiento es variado, principalmente orientado a bajar la presión del oído interno. Principalmente se intenta controlar la ingesta de sal para minimizar la retención generalizada de líquidos, por ejemplo con diuréticos. Si hay infecciones respiratorias, alergias o sinusitis, se intentará aliviar los síntomas con antihistamínicos, anticolinérgicos o esteroides. Para los síntomas directos y como alivio inmediato, se podrán usar antieméticos y benzodiazepinas. En casos resistentes, puede servir la aplicación intratimpánica de gentamicina.

En casos extremadamente graves, se ha utilizado con desigual suerte la cirugía de los canales semicirculares, el nervio vestibular o la laberintectomía. Estos métodos radicales son desaconsejados[cita requerida] ya que, aunque eliminan completamente los síntomas, también eliminan la sensación normal de equilibrio del paciente, provocando una peor calidad de vida.

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